NEFROPATÍA POR IGA (ENFERMEDAD DE BERGER). PASADO, PRESENTE Y FUTURO. IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN PRIMARIA EN LA DETECCIÓN PRECOZ.

Resumen

*Ámbito del caso: Atención Primaria.

*Motivo de consulta: Mujer de 27 años que acude a consulta de Atención Primaria tras objetivarse microhemturia y proteinuria cuantificada en reconocimiento médico solicitado desde su centro laboral.

*Descripción del caso: Se trata de una paciente sin antecedentes personales de interés de la cual desconocemos los antecedentes familiares por haber sido dada en adopción al nacimiento. No alergia medicamentosa conocidas. Sin hábitos tóxicos. Sin tratamientos crónicos. Goza de buen estado general. Niega clínica miccional habitual, infecciosa ni esfuerzos físicos de elevada intensidad. Sin otra sintomatología añadida por aparatos o sistemas.

*Exploración física y pruebas complementarias: En consulta, cifras de tensión arterial elevadas como único dato a destacar. En analítica aportada por la paciente se identifica proteinuria cuantificada con función renal normal y microhematuria en el sedimento, por lo que se procede a confirmar y cuantificar dichas alteraciones ampliando estudio analítico.

*Plan de actuación: Tras confirmarse proteinuria se procede a realizar interconsulta al Servicio de Nefrología que completa estudio solicitando serología, anticuerpos y programa biopsia renal con el fin de filiar etiología del cuadro.

Diagnóstico diferencial: nefopatía diabética, glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS), glomerulonefritis, hipertensión arterial, nefropatía IgA, lupus eritematoso sistémico, amiloidosis, artritis reumatoide, linfoma de Hodgkin, infecciones, iatrogenia…

*Juicio diagnóstico: Nefropatía IgA.

*Tratamiento: Se inicia IECA. Se valora posibilidad de iniciar iSLGT2. *Conclusiones: Desde atención primaria, la proteinuria cuantificada y microhematuria como hallazgo incidental debe considerarse como punto de partida en el estudio de la enfermedad renal crónica de forma independiente al filtrado glomerular y a otros factores de riesgo clásicos de enfermedad cardiovascular. El diagnóstico e inicio de tratamiento de forma precoz pueden en un futuro modificar sustancialemnte el pronóstico de estos pacientes.